domingo, 29 de diciembre de 2013

Yo no me quiero casar,… ¿Y Ud.?

La escena parece sacada de una sit com norteamericana, solo que pasó de verdad. Me encontraba en un bar comiendo con mi amiga Ana María. Casi siempre terminamos hablando de lo mismo, del sagrado cuento de hadas que ella tiene armado en su cabeza. Es ese mismo que levantan muchas mujeres y que consiste básicamente en: primero encontrar un hombre sano y trabajador disponible, segundo casarse con él y tercero el tener hijos como consagración máxima de la vida. Tiene un año más que yo: treinta y nueve, y cada mañana siente al despertar, el maligno clic, cloc de ese “Reloj Biológico”, con el que al parecer todas las mujeres debemos cumplir.
Mientras me hablaba sobre lo difícil que es encontrar novio, con la tan mentada historia de que los buenos están casados, si no están casados están complicados y si no son gay… se me escapó un frunce de ceño. Es que para mí, a pesar de tener poca producción de experiencias amorosas, el eje de la vida pasa por otro lado: por trabajar y realizarme en mi carrera de escritora y periodista… y si en el ínterin encuentro un buen galán, ¡qué bien!
Fue entonces, cuando abrió los ojos, me miró y me dijo con desconcierto: -Pero, Karina…¡¿Acaso no querés casarte y tener hijos?!- y con estas palabras me condenó, como infractora del destino, que parece ser el más sagrado en la vida de una mujer.
En la Viña del Señor hay de todo. Podemos encontrar damas que piensan como yo, y también las que parecen integrar, como mi amiga el club de las SUSANITAS. Y son estas un caso digno de estudio. No es malo el anhelo de formar una manada propia. Lo que es nocivo es rodear esa imagen de una nube rosa de ensueño, ignorando las realidades cotidianas de esta sociedad moderna.
Las Susanitas están enamoradas de una imagen altamente idílica sobre la vida en familia. Cuando concretan el soñado casamiento, se encuentran con la realidad que las golpea duro, y se lamentan en grande por el dolor. La manutención económica de los críos, compromete a que trabajen tanto hombre como mujer. La crianza del bebé se opaca cuando se convierte en un niño con iniciativa y más tarde en un adolescente rebelde que busca su camino. Cuando los hijos se van, en función de hacer su vida, muchas mujeres quedan desconcertadas preguntándose cual es el sentido de la suya.
Se puede buscar la consolidación de los afectos, a través del conocimiento sincero de las personas y de la realidad. O se puede buscar armar un cuadro, al estilo Familia Ingalls, con un esposo, hijitos y una casita en la pradera como promesa de felicidad instantánea. Solo que los resultados serán muy diferentes.
Nacer, crecer, reproducirse y después morir, son ciclos biológicos que todas las especies vivientes siguen en la vida. Como seres humanos, en la cumbre de la modernidad, tenemos la oportunidad de dejar huella en el paso por este mundo, y no solo levitar por él. A pesar de los pronósticos para la vida femenina…Yo, por ahora, no quiero casarme… ¿y usted?
KARINA RUT ASTEGHER

¿Tienes alguna amiga como Ana María? ¿O acaso eres tú quien no ve la hora de casarse? Déjame tu comentario o COMPARTE ESTE ARTÍCULO EN LAS REDES SOCIALES. Me encantaría conocer tu opinión!!!

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